En los últimos años, la tasa de natalidad en Corea del Sur ha seguido disminuyendo, alcanzando niveles extremadamente bajos. Por ejemplo, los datos de la Oficina de Estadísticas de Corea muestran que en 2023, el número de nacimientos en Corea del Sur cayó a 230,000, marcando el nivel más bajo desde que el país comenzó a registrar estadísticas en 1970. Al mismo tiempo, la tasa de fecundidad total de Corea del Sur (es decir, el número promedio de hijos por mujer en edad fértil) también ha seguido cayendo, muy por debajo del 2.1 necesario para mantener la estabilidad de la población. Esta tendencia ha suscitado preocupaciones en todos los sectores de la sociedad sobre la futura estructura demográfica de Corea del Sur. El último informe de la Oficina de Estadísticas de Corea, titulado "Tendencias de la Población de marzo de 2024", muestra que la tasa de fecundidad total en el primer trimestre de Corea del Sur cayó a 0.76, con solo 60,000 nacimientos, ambos alcanzando un récord histórico mínimo. Estos datos indican que el problema de la disminución de la población en Corea del Sur se está volviendo cada vez más grave.

Corea del Sur ha experimentado una disminución natural de la población durante 53 meses consecutivos, y se espera que la tasa de natalidad en los trimestres restantes de 2024 probablemente disminuya aún más. En particular, el número de bebés nacidos en marzo cayó por debajo de 20,000, con solo 19,669, lo que marca la primera vez en la historia que en marzo se registra menos de 20,000 nacimientos.

¿Por qué los jóvenes de Corea del Sur no están dispuestos a casarse y tener hijos?

I. La presión económica: el choque entre sueños y realidad

Los primeros rayos de sol de la mañana atraviesan los altos edificios de Seúl, iluminando las numerosas siluetas apresuradas. Para muchos jóvenes coreanos, esto no solo marca el comienzo de un nuevo día, sino también el toque de queda para una nueva ronda de lucha. En este país, conocido como uno de los "Cuatro Tigres Asiáticos", el rápido desarrollo económico ha traído oportunidades sin precedentes, pero también ha venido acompañado de una pesada presión.

El precio de la vivienda, un problema global, se ha amplificado en Corea del Sur. Seúl, una ciudad donde coexisten la prosperidad y la presión, tiene precios de vivienda que dejan a uno boquiabierto. Para la mayoría de los jóvenes, poseer una casa propia se ha convertido casi en un sueño inalcanzable. Muchos de ellos, incluso esforzándose al máximo, solo pueden permitirse pagar un pequeño apartamento, y eso es solo el comienzo. Las altas hipotecas, el costo de vida, los gastos educativos... una serie de presiones económicas pesa sobre sus hombros como una roca, dejándolos sin aliento.

Los resultados de la investigación del Banco de Corea muestran que, debido a los altos precios de la vivienda, la intensa presión competitiva y la ansiedad por la crianza, la tasa de natalidad en las áreas urbanas es más baja que en otras regiones. Los datos de las plataformas de alquiler también muestran que los precios de los apartamentos en Seúl son altos, lo que aumenta la carga económica de los jóvenes.

La alta tasa de endeudamiento es un gran problema que enfrentan los jóvenes, ya que la proporción de deuda de los jóvenes de 20 años es mucho más alta que el promedio, lo que les dificulta soportar los gastos económicos que conlleva tener hijos.

En este contexto, el matrimonio y la crianza parecen haberse convertido en un lujo. Tienen miedo de que, una vez que entren en el matrimonio, eso signifique asumir más responsabilidades y cargas. Y esos hermosos sueños sobre los hijos a menudo son destruidos por la cruel realidad. Saben bien que criar a un hijo no solo requiere amor, sino también un apoyo económico suficiente. Ante esta realidad, muchos jóvenes coreanos eligen evadir, prefiriendo permanecer solteros y disfrutar de la libertad y la ligereza de estar solos, en lugar de permitir que el matrimonio y la crianza se conviertan en cadenas en sus vidas.

II. Las cadenas de la educación: la transformación de "estudiantes sobresalientes" a "trabajadores de oficina"

Si la presión económica es un factor externo que impide que los jóvenes de Corea del Sur se casen y tengan hijos, la severidad del sistema educativo es el dolor que llevan en su interior. Corea del Sur, un país casi obsesionado con la educación, tiene un sistema educativo tan estricto y una competencia tan feroz que su nivel de competencia es raro en todo el mundo.

Desde la escuela primaria hasta la universidad, los estudiantes de Corea del Sur están atrapados en un sinfín de exámenes y tutorías. Muchos de ellos, de sol a sol, corren tras las calificaciones, casi sin tiempo para disfrutar de la alegría de la infancia. Esta intensa presión de estudio no solo los deja exhaustos física y mentalmente, sino que también les llena de confusión y miedo sobre su futuro.

Cuando finalmente salen de la escuela y entran en la sociedad, descubren que lo que les espera no es el futuro brillante que imaginaron, sino una competencia laboral aún más intensa. Muchos jóvenes coreanos, al convertirse en "trabajadores de oficina", se ven obligados a enfrentar largas horas de trabajo, ingresos bajos y un sinfín de horas extra. Muchos de ellos ni siquiera pueden equilibrar el trabajo y la familia, y mucho menos disfrutar de las alegrías de la vida.

Los costos de tutoría para estudiantes de secundaria y primaria en Corea del Sur aumentan cada año, lo que impone una pesada carga económica a las familias. Los altos costos educativos hacen que muchas familias se abstengan de tener hijos.

En este entorno, el matrimonio y la crianza parecen haberse convertido en un deseo inalcanzable. Tienen miedo de que, una vez que se casen y tengan hijos, eso signifique renunciar a más tiempo y espacio personal para asumir más responsabilidades y obligaciones. Todo esto les hace sentir una inmensa fatiga e impotencia.

III. La transformación de las ideas: de "continuar la línea familiar" a "realización personal"

Con el continuo progreso y apertura de la sociedad, los valores de los jóvenes coreanos también están cambiando silenciosamente. La tradicional idea de "continuar la línea familiar" está siendo gradualmente reemplazada por la "realización personal". Ya no ven el matrimonio y la crianza como tareas que deben completar en la vida, sino que se centran más en el crecimiento y desarrollo personal.

Desean lograr éxito en sus carreras, perseguir sus sueños e ideales. Quieren vivir una vida plena y valiosa en el tiempo limitado que tienen. Por lo tanto, prefieren invertir su energía y tiempo en el trabajo y el estudio, para mejorar sus habilidades y cualidades. En cuanto al matrimonio y la crianza, adoptan una actitud más abierta y tolerante. Creen que cada persona tiene el derecho de elegir su propio estilo de vida, sin necesidad de estar atada por las ideas tradicionales.

Este cambio de ideas permite a los jóvenes de Corea del Sur tomar decisiones más autónomas en el camino del matrimonio y la crianza. Ya no siguen ciegamente las costumbres tradicionales y las expectativas familiares, sino que consideran de manera más racional su situación real y sus planes futuros. Por lo tanto, cuando descubren que el matrimonio y la crianza no se alinean con su estilo de vida y valores, eligen renunciar de manera decidida.

IV. Las ataduras de género: el aumento y las dificultades de la posición de la mujer

En Corea del Sur, un país profundamente influenciado por la cultura confuciana, la posición de la mujer siempre ha sido un tema sensible y complejo. A pesar de que en los últimos años la sociedad coreana ha logrado ciertos avances en la promoción de la igualdad de género, las ideas tradicionales profundamente arraigadas siguen constituyendo un gran obstáculo para el desarrollo de las mujeres.

En el lugar de trabajo, las mujeres a menudo enfrentan desafíos más severos. Necesitan esforzarse y sacrificarse más que los hombres para obtener un lugar en el ámbito laboral. Y cuando entran en el matrimonio y se convierten en madres, estos desafíos se multiplican. No solo deben asumir la responsabilidad de cuidar del hogar y los hijos, sino que también deben esforzarse por equilibrar el trabajo y la vida. Esta doble presión las deja exhaustas e impotentes.

Más grave aún, muchas mujeres enfrentan discriminación y exclusión en el lugar de trabajo después de dar a luz. Pierden oportunidades de ascenso y aumento de salario debido a la maternidad, e incluso se ven obligadas a abandonar el trabajo. Este trato injusto les genera miedo e inquietud respecto al matrimonio y la crianza. Tienen miedo de que, una vez que entren en el matrimonio y se conviertan en madres, perderán su valor y estatus.

Por lo tanto, muchas mujeres coreanas, al enfrentarse a la decisión de matrimonio y crianza, adoptan una actitud más cautelosa y racional. Ya no siguen ciegamente las costumbres tradicionales y las expectativas familiares, sino que prestan más atención a sus propios sentimientos internos y planes futuros. Esperan poder disfrutar de la felicidad y alegría que el matrimonio y la crianza pueden traer, mientras mantienen su independencia y libertad.

V. Las expectativas sociales y la brecha con la realidad

En la sociedad coreana, la familia y el matrimonio siempre han sido considerados como la unidad básica y una parte importante de la sociedad. Por lo tanto, las expectativas de la sociedad coreana respecto al matrimonio y la crianza son relativamente altas. Sin embargo, cuando estas expectativas generan una gran brecha con la realidad, surgen una serie de contradicciones y conflictos.

Muchos jóvenes coreanos sienten una inmensa presión y restricción al enfrentar las expectativas sociales. Tienen miedo de no poder cumplir con las expectativas y requisitos de la sociedad, convirtiéndose así en "fracasados" o "anómalos". Por lo tanto, eligen evadir y resistir. Quieren demostrar su valor y significado de existencia a su manera, en lugar de seguir ciegamente las costumbres tradicionales y las expectativas familiares.

Esta resistencia y evasión, aunque les ha permitido obtener cierta libertad e independencia, también les ha hecho perder muchas cosas valiosas. Han perdido la cercanía y el contacto con sus familias, así como la integración y pertenencia a la sociedad. Se han convertido en caminantes solitarios, avanzando solos en el camino de la vida.

Sin embargo, son estas experiencias y vivencias las que les permiten reconocer más profundamente sus necesidades internas y valores. Comienzan a reevaluar su estilo de vida y planificación de vida, y se esfuerzan por encontrar un estilo de vida que se adapte mejor a ellos. Creen que mientras persistan en sus creencias y aspiraciones, definitivamente encontrarán su propia felicidad y alegría.

La situación de la natalidad en Corea del Sur es un espejo; en 2023, la población de nuestro país ha tenido un crecimiento negativo durante dos años consecutivos, con una tasa de fecundidad total de alrededor de 1.0, que es la segunda más baja entre las principales economías del mundo, solo ligeramente superior a la de Corea del Sur. Es evidente que la política de dos hijos no ha cumplido con las expectativas, y la política de tres hijos no ha mostrado resultados significativos, incluso con el envejecimiento, la disminución de la natalidad y el aumento de la soltería. ¿Cómo aumentar la tasa de natalidad en nuestro país es un gran problema urgente?

Esto es precisamente:

Baja tasa de natalidad es preocupante,

La presión económica preocupa a cada uno.

Políticas frecuentes buscan el deseo de tener hijos,

¿Cuándo llegará la primavera a toda la nación?

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