La atmósfera que nuestra presencia integral crea en el espacio puede considerarse como una tercera piel.

Esta piel es invisible, pero puede influir profundamente en la percepción que los demás tienen de nosotros. Incluye nuestra postura, forma de hablar, comportamiento e incluso el entorno y el contexto que elegimos. Esta piel es una extensión de nuestro temperamento, una combinación de nuestra cultivación interna y nuestra expresión externa.

Postura y comportamiento

La postura y el comportamiento son componentes importantes de esta piel. Una postura confiada y un comportamiento elegante suelen dejar una impresión duradera. Estas formas de expresión no verbal pueden transmitir nuestra confianza, educación y actitud. Son el lenguaje silencioso que utilizamos al comunicarnos con los demás, y son parte de nuestra personalidad.

De hecho, la regla de Mehrabian, también conocida como la ley 7/38/55, fue resumida por el profesor de psicología Albert Mehrabian a través de una serie de estudios, indicando que la primera impresión que das a los demás proviene principalmente de tres aspectos.

55% — se refiere a la apariencia, vestimenta, arreglo, etc.;

38% — se refiere al tono, acento y emoción al hablar;

7% — se refiere al contenido de lo que se dice.

Dentro de este 55%, la postura y el comportamiento dinámico representan una proporción incluso mayor que la vestimenta y el arreglo. He leído sobre una famosa dama de la República, la cuarta señorita Guo Wanying de la familia Guo de "Yong'an Department Store" en Shanghái, quien recibió educación occidental desde pequeña, vivió una vida de lujo y era una verdadera aristócrata, además de casarse con su amado, el destacado estudiante de Tsinghua Wu Yuxiang, quien también era descendiente de Lin Zexu.

En tiempos de agitación, Wu Yuxiang fue encarcelado, y Guo Wanying fue enviada al campo. Siendo hija de un capitalista, no solo fue obligada a limpiar baños y hacer trabajos pesados, sino que también fue llevada a ser criticada y humillada. Sin embargo, después de cada tormento, ella siempre se arreglaba y se mantenía limpia.

En sus momentos de ocio, se preparaba deliciosos platillos; sin vaporera, podía hacer un delicioso pastel al vapor en una olla de aluminio, y sin juego de té, simplemente usaba un tarro de esmalte para disfrutar de su té de la tarde. En su vejez, cuando un periodista extranjero le preguntó sobre esos años de trabajo forzado, ella se enderezó elegantemente y dijo: "Este trabajo me ayuda a mantenerme en forma".

Piensa en una dama como ella, incluso si le quitan sus hermosos vestidos, aún puede crear un hermoso castillo para sí misma con su elegante porte y comportamiento, ¡y ella es sin duda la reina de ese castillo!

El arte de la conversación

Se puede decir que, además de la apariencia y el comportamiento que dan un 55% de impresión, el otro 45% está relacionado con el lenguaje.

La conversación es nuestra principal forma de comunicación con los demás y es clave para moldear la tercera piel. Nuestra capacidad de expresión verbal, elección de palabras y variación de tono pueden reflejar nuestros pensamientos, emociones y educación. Una buena conversación puede mejorar las relaciones interpersonales y mostrar nuestra sabiduría y encanto.

Una expresión clara y precisa en la conversación puede ayudarnos a evitar malentendidos y conflictos. Al expresar opiniones, debemos tratar de usar un lenguaje claro y conciso, evitando descripciones largas y vagas. Al mismo tiempo, el uso adecuado de metáforas y relatos puede aumentar la vivacidad y persuasión del lenguaje.

Adaptarse a diferentes estilos de comunicación también es parte del arte de la conversación. Cada persona tiene su propia forma única de comunicarse; algunas prefieren ser directas, mientras que otras tienden a expresarse de manera más sutil. Comprender y adaptarse al estilo de comunicación del otro puede ayudarnos a comunicarnos de manera más efectiva.

El sentido del humor es el lubricante de la conversación. Un humor apropiado puede aliviar la tensión, aumentar el interés en el diálogo y hacer que la comunicación sea más amena y placentera. Sin embargo, el uso del humor debe ser cauteloso, asegurándose de que no ofenda a los demás ni desvíe la conversación del tema.

Finalmente, el arte de la conversación también se refleja en nuestra empatía. En la comunicación, debemos aprender a ponernos en el lugar del otro, sentir sus emociones, para poder establecer mejor una conexión y ganar confianza y respeto.

En resumen, el arte de la conversación es una habilidad que requiere aprendizaje y práctica constantes. A través de la práctica y la reflexión continuas, podemos mejorar nuestra capacidad de comunicación y relacionarnos mejor con los demás, logrando así un mayor éxito en la vida y el trabajo.

Al hablar del arte de la conversación, hay un punto muy importante: no solo se trata de hablar, sino también de escuchar. Escuchar es una forma de respeto y también de sabiduría. En el diálogo, debemos aprender a escuchar pacientemente las opiniones y necesidades del otro, para poder entenderlo mejor y dar una respuesta adecuada. En este sentido, la escucha efectiva incluye la comunicación no verbal, como el lenguaje corporal, las expresiones faciales y el contacto visual, que son partes indispensables de la conversación.

Conexión entre lo interno y lo externo

Basado en la ley 55/38/7, nos recuerda tener más conciencia de nosotros mismos, convirtiéndola en un puente que conecte nuestro interior y exterior, así como lo externo y la conversación. Necesitamos reflexionar y mejorar continuamente, para que nuestra cultivación interna se refleje en nuestra expresión externa. Esta expresión coherente entre el interior y el exterior puede hacer que la belleza de nuestra existencia sea más auténtica y persuasiva.

Siempre que tengamos conciencia del principio de consistencia basado en la conexión, comenzaremos a dejar que la luz interna nos guíe, permitiéndonos vivir nuestra visión, y lo interno y lo externo inevitablemente se volverán cada vez más coherentes.

Cultivo del temperamento

Así como la conexión entre lo interno y lo externo es un proyecto a largo plazo, el temperamento tampoco se forma de la noche a la mañana; requiere un cultivo y refinamiento a largo plazo. A través de la lectura, los viajes, el aprendizaje y la comunicación, podemos enriquecer continuamente nuestro mundo interior y elevar nuestro temperamento. Al mismo tiempo, también necesitamos prestar atención a nuestra expresión externa, para que nuestras acciones y comportamientos sean más apropiados y elegantes; el equilibrio entre lo interno y lo externo es clave para el cultivo del temperamento.

Convertirse en una impresión en la memoria de los demás

El temperamento de una persona a menudo puede trascender la apariencia y convertirse en la impresión más duradera en la memoria de los demás. Esta impresión es una manifestación de nuestra personalidad y estilo, y es un puente para establecer conexiones con los demás. Al cultivar un buen temperamento, podemos dejar una profunda impresión en los corazones de los demás, convirtiéndonos en una parte indeleble de su memoria.

Sobre estas tres capas de piel, hay muchas posibilidades de llenado y expansión, ya que la singularidad de cada persona da lugar a diferentes formas de expresión, por lo que este mundo es tan rico, colorido y hermoso. Bajo la interacción de las tres capas de piel, todos podemos construir una imagen multidimensional de nosotros mismos. Se influyen mutuamente y moldean nuestra imagen a los ojos de los demás. Al comprender y utilizar bien estas tres capas de piel, podemos mostrar mejor nuestra belleza.

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