El 23 de febrero de 2023, mi vida cambió drásticamente en cuestión de minutos. Pasé de una mañana ordinaria con mis dos hijas a estar completamente paralizado por el lado izquierdo. Tenía 29 años y había sufrido un accidente cerebrovascular hemorrágico.

Una de las partes más difíciles del daño cerebral es la sensación de que todo ha cambiado. Hay cosas que ya no puedo hacer, no solo físicamente, sino también mentalmente. Las conexiones neuronales ya no existen. Sin embargo, el cerebro se reconstruye. Crea nuevas conexiones para la curación y la compensación. Y se siente como si estuvieras creando un nuevo tú.

Siento que ese día renací. No puedo caminar. No puedo vestirme. No puedo usar el baño. No puedo bañarme. No puedo estar despierto por más de unas pocas horas. Simplemente no podía ver la televisión en mi habitación porque era demasiado para mí escuchar y procesar información visual. Pasé 12 días así y comencé a crecer.

Lo primero en mi lista era aprender a caminar de nuevo. Tenía que pensar en cada movimiento muscular al mismo tiempo para tomar las medidas adecuadas. Y era aterrador. Tenía miedo de estrechar mi paso porque sería más difícil mantener el equilibrio. Tenía miedo de dar un paso en falso porque podría caer al suelo. Hasta el día de hoy, camino con un poco de miedo. Un poco...

Usuarios a los que les gustó