En estos años, he comenzado a examinar mi vida y he descubierto un secreto que muchos maestros espirituales ya han encontrado: no necesitamos poseer algo primero para lograr algo y luego convertirnos en la persona que queremos ser (ser-hacer-tener). Más bien, yo ya soy esa persona, solo necesito las acciones correspondientes, y obtendré ese resultado (ser-hacer-tener).

Convertirse en algo no se basa en el ejemplo de otros; cada persona es única. Incluso las personas que admiramos pueden no ser quienes realmente desean ser, quizás solo están tratando de satisfacer las expectativas de los demás y han tenido un éxito relativo.

“El luna y los seis peniques” es una de las obras representativas del escritor británico William Somerset Maugham, que narra la historia del protagonista Charles Strickland, quien abandona su vida estable para perseguir su sueño de pintar. Su comportamiento no es comprendido por quienes lo rodean, pero su dedicación a la búsqueda del arte muestra una lealtad extrema a sus ideales.

En el libro, la transformación de Strickland no es solo un cambio de carrera de corredor de bolsa a artista, sino una profunda transformación de su mundo interior. Esto significa que la verdadera autorrealización a menudo requiere soltar las expectativas externas y enfrentar los deseos reales de nuestro interior.

En cuanto a la vestimenta, al elegir ropa, se debe prestar más atención a expresar la propia esencia y valores internos, y no solo seguir tendencias o complacer a los demás.

A medida que Strickland persigue el arte, su estilo de vida y su forma de vestir también cambian drásticamente. Desde un caballero decente en Londres hasta un artista empobrecido en París, y finalmente un pintor aislado en la isla de Tahití, se puede imaginar que, a medida que se aleja de la multitud, su vestimenta se vuelve más simple, pero más cercana a su dedicación interna a la pintura.

También pienso en otro maestro del minimalismo fallecido, Steve Jobs, cuya imagen de camiseta negra de cuello alto y jeans se ha grabado en la mente de todos a través de las presentaciones de nuevos productos de Apple, y la mayoría de sus camisetas negras no son simples, sino que fueron hechas a medida por el Sr. Issey Miyake. Jobs declaró que le pidió a Issey Miyake que le hiciera algunas camisetas negras de cuello alto que le gustaban, y Miyake le hizo alrededor de cien.

Según la biografía de Jobs, él quería diseñar un chaleco para los empleados de Apple, pero al final esta idea no fue aceptada por ellos, así que Jobs decidió usar esta camiseta negra de cuello alto como su vestimenta diaria. Por un lado, estaba muy ocupado con su trabajo y no tenía tiempo para pensar en su vestimenta, así que un atuendo uniforme era lo más simple; por otro lado, este estilo de vestir encajaba perfectamente con la simplicidad y funcionalidad de los productos de Apple. En este sentido, el Sr. Jobs es el mejor embajador de los productos de Apple, y estas prendas se convirtieron en su uniforme personal, formando su estilo icónico.

Sus historias nos dicen que la elección de la ropa puede ser una manifestación externa de nuestro mundo interno. Ya sea en el trabajo, el arte o la vida cotidiana, a través de la elección y combinación de ropa, podemos mostrar nuestra personalidad, emociones y actitud hacia la vida. Lo importante es encontrar aquellas prendas que nos hagan sentir auténticos, seguros y que representen nuestro estilo interno.

A través de la ropa, podemos mostrar al mundo quiénes somos, en qué creemos y cuáles son nuestros sueños; las respuestas están enterradas en el corazón de cada uno, y necesitamos establecer una conexión profunda con nuestro interior, enfocarnos en nuestro crecimiento y seguir explorando y descubriendo, y al final, las respuestas se revelarán.

Así como exploramos nuestro interior para conocernos, vestirse también es una forma de expresarnos. Nuestras elecciones de ropa reflejan nuestra identidad y valores; son parte de nuestra historia personal. La ropa que usamos debe estar en consonancia con nuestras creencias internas y acciones externas para poder expresarnos auténticamente.

Así como exploramos nuestro yo interno, explorar diferentes estilos de ropa también es un viaje que nos permite descubrir más posibilidades. Si te sientes insensible sobre “qué tipo de persona ser”, explorar tu estilo de vestir puede ser un proceso de autodescubrimiento; al probar diferentes estilos, podemos entender mejor nuestras necesidades, y cuando nuestro mundo interno y nuestra imagen externa están en armonía, nos sentimos seguros y cómodos.

A continuación, organizo algunos aspectos de exploración que espero inspiren a los lectores:

Visualización de la personalidad:

Expresar nuestra identidad única a través de colores, patrones, telas y estilos.

Por ejemplo, la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, a menudo usa trajes clásicos, vestidos asequibles y vestidos de gala a medida, y en su elección de colores, frecuentemente aparecen varios tonos de azul que representan a la realeza, lo que encarna perfectamente la imagen clásica y la cercanía de una princesa del pueblo.

Reflejo de emociones:

Elegir ropa formal cuando se necesita mostrar autoridad; elegir ropa cómoda cuando se necesita relajarse; elegir ropa ligera y romántica para una cita con un ser querido.

Esto se presenta en diversas obras cinematográficas, como en “Friends” con los seis amigos.

Reflejo de la actitud hacia la vida y creencias internas:

Nuestro estilo de vestir refleja nuestra actitud y filosofía de vida; ya sea que busquemos simplicidad, sostenibilidad, moda o retro, la ropa correspondiente es una manifestación directa de esta actitud. Nuestro estilo de vestir también puede mostrar nuestras creencias internas; por ejemplo, el compromiso con el medio ambiente puede reflejarse en la elección de ropa hecha de materiales sostenibles. Lo clave es seleccionar un punto y usar nuestra vestimenta para expresarlo, lo que fortalecerá nuestra capacidad de expresión de imagen.

Fortalecimiento de la comunicación no verbal:

La ropa es una herramienta importante de comunicación no verbal; a través de una vestimenta cuidada, podemos fortalecer nuestra primera impresión y marca personal. Siempre que tengamos la conciencia de comprar ropa adecuada para nosotros, en lugar de seguir tendencias de manera inconstante, cosecharemos los efectos de marca personal que trae nuestra imagen.

Búsqueda de calidad:

Buscar la calidad y comodidad de la ropa, lo que no solo se refiere a la apariencia, sino también a la sensación personal; esta es la máxima distinción que la calidad tangible y la comodidad intangible pueden ofrecer al portador de la vestimenta, y es algo que cada ser humano debería practicar.

Narración de la historia personal:

Nuestras elecciones de ropa pueden contar una historia, una historia que se enriquece con el tiempo y las experiencias acumuladas. Un representante en este aspecto es la fallecida ícono de la moda Iris Apfel, quien ya había sido mencionada en artículos anteriores.

Manifestación de la autoafirmación:

A través de la elección de prendas que nos hagan sentir seguros y orgullosos, mostramos nuestra autoafirmación.

La exploración del estilo de vestir es un proceso continuo; a medida que crecemos y cambiamos, nuestras elecciones de ropa también evolucionarán. A través de estas maneras, podemos integrar la sabiduría de la vestimenta en nuestro proceso de crecimiento personal, haciendo que la ropa sea nuestro embajador más fiel.

Recuerda, la verdadera sabiduría de la vestimenta no radica en seguir tendencias, sino en mostrar el yo auténtico.

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