Ensayo personal no ficticio

Quizás tengo demasiado tiempo, o tal vez he estado pensando demasiado últimamente.

Mi padre provenía de una familia muy pobre. Él es el mayor de ocho hermanos. En el pueblo donde nació y creció, no se enfatizaba la educación, además de transmitir a los niños la fe y la historia religiosa. Los aldeanos se dedicaban a orar cinco veces al día y a asistir a reuniones para aprender sobre el Corán, los hadices, la ley islámica y la jurisprudencia islámica.

Mi bisabuelo vivió toda su vida en la casa que le otorgaron sus suegros. Era de mal genio y tenía una personalidad muy dominante. Mi bisabuela era una mujer débil e inocente. Él solía golpear a su esposa regularmente y tenía muchos problemas con sus suegros. Murió a los 90 años, y era muy evidente que había estado en buena salud hasta el día de su muerte.

Su esposa seguía viva cuando él falleció, y a pesar de su edad, no se libró de los golpes.

Mi abuelo tuvo muchos hijos, la mayoría de los cuales murieron en la infancia. Mi padre es el primogénito de los hermanos sobrevivientes, con siete hermanos. Mi abuela era una mujer muy difícil, aunque mi abuelo nunca la golpeó, pero asistían a reuniones todos los días

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