¡Si tienes dificultades para ser asertivo, estás en el lugar correcto! Hemos desarrollado una guía para volverte más asertivo y seguro de ti mismo para que puedas pedir lo que quieres con autoridad. ¡Míralo a continuación!
Entendiendo la Comunicación Asertiva
La comunicación asertiva implica expresar tus pensamientos, sentimientos y necesidades de manera directa y honesta mientras respetas a los demás. Encuentra un equilibrio entre la pasividad (evitar el conflicto a costa de tus necesidades) y la agresión (priorizar tus necesidades a expensas de los demás). La asertividad se basa en la autoconfianza y la empatía, lo que te permite abogar por ti mismo sin menospreciar a los demás.
Las características clave de la comunicación asertiva incluyen:
- Claridad: Expresar tu mensaje de manera clara y concisa.
- Respeto: Valorar tanto tus derechos como los de los demás.
- Confianza: Hablar con convicción sin ser dominante.
- Control emocional: Mantenerse tranquilo y sereno, incluso en situaciones desafiantes.

Adopta patrones de pensamiento asertivos.
Para convertirte en una persona más asertiva, practica pensar como tal. Si tiendes a ser más agresivo o más pasivo, pensar en algún punto intermedio puede no ser fácil, pero con práctica, se convertirá en algo natural. Una persona asertiva podría adoptar los siguientes mantras:
- No me dejaré aprovechar, ni atacaré a otra persona.
- Defenderé mis derechos de manera respetuosa.
- Me expresarè de manera directa y abierta.
Habla con calma y claridad.
Una correcta pronunciación y un tono calmado te ayudarán a transmitir tu mensaje. Mantén un tono considerado y no amenazante, pero habla con confianza y pronuncia bien tus palabras. Habla lo suficientemente alto para ser escuchado, pero evita gritar o hablar por encima de los demás. En un diálogo respetuoso, no hay necesidad de elevar la voz.
- Aun si no estás de acuerdo con la persona a la que te diriges, intenta mantener un tono uniforme de todos modos. Esto no significa ocultar tu descontento: puedes fruncir el ceño o expresar que no estás de acuerdo, pero mantener tus emociones bajo control ayudará a ambos a permanecer tranquilos para que puedan llegar a un compromiso más fácilmente.
- Encuesta a los Lectores: Preguntamos a 228 lectores de wikiHow qué comportamiento grosero creen que necesitan trabajar más, y el 60% de ellos dijo hablar en un tono o volumen inapropiado. [Participa en la Encuesta] Recuerda, ser asertivo no es lo mismo que ser grosero, así que ten cuidado con tu tono.
Usa un lenguaje cooperativo y constructivo.
El lenguaje asertivo es seguro pero considerado. Cuando hablas de manera asertiva, transmitirás respeto, sinceridad y firmeza. Sé paciente y específico al comunicar tus necesidades, ofreciendo comentarios constructivos (en lugar de destructivos) y comprometiéndote según sea necesario.
- Intenta usar declaraciones en primera persona al pedir lo que deseas o al confrontar a alguien. Las declaraciones en primera persona transmiten que estás dispuesto a asumir la responsabilidad de tus propios pensamientos y comportamientos: “Me siento molesto cuando hablas por encima de mí,” o “Agradecería que me incluyeras en los correos electrónicos futuros.”
- Expresa tus sentimientos, deseos, opiniones y necesidades en oraciones simples. Esto ayudará a la otra persona a entender claramente lo que estás pidiendo.
- Por ejemplo, en lugar de hablar con un familiar en largas oraciones llenas de insinuaciones y declaraciones indirectas, sé breve y directo: "¡Me encanta cuando me llamas solo para charlar! Sin embargo, me resulta difícil tener una conversación larga durante las horas de trabajo. Agradecería que me llamaras por la tarde en su lugar."
Muestra un lenguaje corporal asertivo.
El lenguaje corporal asertivo es respetuoso, pero seguro. La comunicación asertiva no verbal transmite consideración, sinceridad y autoestima. Usa tu lenguaje corporal para mostrar que estás prestando atención cuidadosa a lo que alguien más está diciendo y para expresar confianza en tu propia postura.
- Practica la escucha activa para mostrar que respetas a la otra persona. Incluso si no estás de acuerdo con ellos, míralos mientras hablan y asiente ocasionalmente para mostrar que estás prestando atención.
- Mantén contacto visual con ellos para indicar interés. Los expertos recomiendan mantener el contacto visual durante aproximadamente 4-5 segundos a la vez antes de desviar la mirada.
- Ten un lenguaje corporal seguro. Mantén los hombros rectos y la cabeza en alto. Evita moverte inquieto o cubrirte la boca al hablar.
Expresa emociones sin perder el control de ellas.
La comunicación asertiva no significa ser un robot. Mientras que las personas agresivas pueden salirse con la suya siendo intimidantes, las personas asertivas pueden tener que comprometerse de vez en cuando, porque la comunicación asertiva se trata de encontrar el equilibrio entre la agresión y la pasividad. Es probable que no estés de acuerdo con alguien de vez en cuando, y la comunicación auténtica significa expresar tus sentimientos sin dejar que ellos controlen una interacción.
- Sonríe cuando estés feliz o cuando las negociaciones vayan a tu favor, pero no finjas estar bien si no lo estás. Recuerda que una sonrisa sincera involucra todo el rostro, no solo la boca.
- Si no estás contento, dilo o muéstralo, pero mantén tus emociones bajo control. Recuerda que estar enojado no es lo mismo que ser agresivo, y ocultar tus verdaderos sentimientos sobre algo que te desagrada es pasivo (o pasivo-agresivo).
- Podrías expresar descontento frunciendo el ceño, o podrías decirlo directamente pero con calma, dejando claro que te gustaría encontrar una solución que funcione para todos: “No estoy contento con esa idea. ¿Podríamos seguir discutiendo esto un poco más?”
Escribe un diario sobre tus emociones.
Escribir un diario puede ayudarte a entender tus sentimientos y mantenerlos bajo control. Para aprender a comunicarte de manera asertiva, es importante que aprendas a gestionar tus emociones de manera efectiva. Llevar un diario diario puede ser una forma útil de expresar tus sentimientos para que puedas entender qué los causó y, por lo tanto, gestionarlos un poco mejor.
- Anota situaciones que desencadenen tus emociones. Ceñirte a los hechos y trata de no hacer interpretaciones aún. Por ejemplo, podrías simplemente escribir: “Le pedí a mi amiga que saliéramos a comer, y ella dijo ‘no.’”
- Identifica las emociones y pensamientos que experimentaste en la situación. Sé honesto sobre cómo te sentiste. Especifica qué emociones eras consciente en ese momento y qué pensamientos, suposiciones y creencias tenías.
Aprende a manejar el estrés.
El estrés puede afectar negativamente la forma en que te comunicas con los demás. Puede ser un desafío mantener tus emociones bajo control cuando estás estresado, especialmente si sientes que la persona con la que hablas no te entiende o no te ayudará a satisfacer tus necesidades. Toma medidas para reconocer y gestionar el estrés en tu vida para que estés mejor preparado para comunicarte con los demás de manera directa y respetuosa.
- Intenta meditar todos los días durante al menos 5-10 minutos. La meditación tiene un efecto calmante en el cerebro que dura mucho después de tu sesión de meditación.
- La relajación muscular progresiva también puede ayudar a aliviar el estrés: contrae diferentes partes de tu cuerpo durante 10 segundos a la vez, luego suelta. Comienza con tus brazos superiores, hombros, cuello, cabeza y cara. Luego continúa con tu pecho, estómago, espalda, glúteos, muslos, pantorrillas y pies.
Toma decisiones de manera efectiva.
Piense cuidadosamente en un problema antes de tomar una decisión. Ser asertivo significa tomar el control de tu vida y tomar decisiones que mejor se adapten a ti, en lugar de permitir que alguien más tome decisiones por ti o dejarte influenciar por alguien más en contra de tu mejor juicio. Al identificar el problema y considerar todas las posibles soluciones y resultados, estarás mejor preparado para tomar decisiones bajo presión y sentirte seguro acerca de tus elecciones.
- Considera el método IDEAL para la toma de decisiones:
- I – Identifica el problema. ¿Cuál es la situación básica que necesita ser abordada?
- D – Describe todas las posibles soluciones. Estas pueden incluir manejarlo tú mismo, pedir la intervención de alguien más o no hacer nada.
- E – Evalúa las consecuencias de cada solución. Evalúa tus sentimientos y necesidades para determinar el mejor resultado para ti.
- A – Actúa. Elige una solución y pruébala. Usa declaraciones en primera persona para expresar tus sentimientos y necesidades.
- L – Aprende. ¿Funcionó la solución? Evalúa por qué o por qué no. Si no funcionó, revisa las otras soluciones en tu lista y trabaja en ellas.
Establece límites saludables.
Protege tu espacio físico y emocional. Los límites son las barreras físicas, emocionales e intelectuales que creas para protegerte del daño. Establecer límites saludables te ayudará a proteger tu espacio personal y tu autoestima, así como a facilitar la separación de tus propios sentimientos de los de los demás. Los límites poco saludables aumentan la probabilidad de que te veas afectado negativamente por los sentimientos, creencias y comportamientos de los demás.
- Identifica cuáles son tus necesidades y cómo deseas ser tratado. Esto te ayudará a entender tus expectativas en las interacciones con otras personas.
- Aprende a decir no. Si no te sientes bien haciendo algo, entonces no lo hagas. Está bien rechazar a alguien.
- Expresa tus propias opiniones de manera respetuosa. No te quedes en silencio si tienes algo que decir. Comparte tus sentimientos libremente: es tu derecho.
Proyecta confianza.
Verte a ti mismo de manera positiva facilita ser asertivo. Si no tienes una opinión lo suficientemente alta de ti mismo, podrías experimentar grandes dificultades para afirmar tus propios pensamientos, creencias, necesidades y sentimientos. Además, podrías sentirte intimidado o reacio a hacer preguntas cuando necesites aclaraciones, enfocarte demasiado en tus propios rasgos negativos y carecer de confianza en ti mismo. Afortunadamente, si no eres naturalmente seguro, puedes fingir hasta que lo logres: actúa y luce seguro, y practica hablar de manera asertiva frente al espejo antes de hablar con las personas.
Busca ayuda profesional.
Visita a un consejero o psicólogo si es necesario. Si sientes que aún necesitas ayuda para ser asertivo, puede ser útil ver a un profesional. Los consejeros, entrenadores y psicólogos tienen educación y formación específicamente en ayudar a las personas a comunicarse de manera saludable y significativa.