¿Por qué se necesita la vacuna contra el virus del VPH?
El VPH, cuyo nombre completo es virus del papiloma humano, es un virus de ADN que se transmite a través del contacto con la piel y las mucosas. Hasta la fecha, se han identificado más de 200 tipos de VPH, de los cuales aproximadamente 40 infectan el tracto reproductivo humano, y algunos tipos de alto riesgo están estrechamente relacionados con el cáncer de cuello uterino y otros tumores malignos.
En todos los casos de cáncer de cuello uterino, aproximadamente el 70% están directamente relacionados con los tipos 16 y 18 del VPH. Además, otros tipos de alto riesgo como 31, 33, 45, 52 y 58 pueden provocar carcinogénesis. Los tipos de bajo riesgo, como el VPH 6 y 11, aunque no son cancerígenos, a menudo causan enfermedades molestas como las verrugas genitales.
La infección por VPH generalmente no presenta síntomas evidentes, pero tiene un largo período de incubación, y una vez que el virus persiste, puede provocar cambios celulares que eventualmente se convierten en cáncer de cuello uterino u otros cánceres del sistema reproductivo. Debido a que es casi indetectable en las etapas iniciales y el costo del tratamiento es alto, así como la dificultad de prevención y control, el concepto de "prevenir es mejor que curar" es especialmente importante en el control del VPH.
Es en este contexto que surge la vacuna contra el VPH, convirtiéndose en una de las vacunas preventivas recomendadas por los sistemas de salud pública en todo el mundo.
El significado de "valores" y las diferencias entre versiones de la vacuna
En el campo de las vacunas, existen tres versiones comunes de la vacuna contra el VPH: bivalente, tetravalente y nonavalente. "Valor" es una abreviatura del número de tipos de virus que cubre la vacuna. Por ejemplo, la vacuna bivalente cubre los tipos 16 y 18 del VPH, la tetravalente añade los tipos 6 y 11, mientras que la nonavalente cubre además los tipos 31, 33, 45, 52 y 58.
Sus principales componentes y funciones son las siguientes:
Vacuna bivalente (Cervarix): Previene principalmente los tipos 16 y 18 del VPH, enfocándose en la prevención del cáncer de cuello uterino. Desarrollada por GSK, tiene una fuerte protección contra los tipos de alto riesgo.
Vacuna tetravalente (Gardasil): Previene los tipos 6, 11, 16 y 18 del VPH, protegiendo tanto contra el cáncer de cuello uterino como contra lesiones benignas como las verrugas genitales. Desarrollada por Merck.
Vacuna nonavalente (Gardasil 9): Sobre la base de la tetravalente, añade cinco tipos de alto riesgo (31, 33, 45, 52, 58), cubriendo aproximadamente el 90% de los tipos de riesgo de cáncer de cuello uterino. También es la vacuna contra el VPH con más tipos disponibles actualmente.
Por lo tanto, el llamado "valor" refleja esencialmente los tipos de virus del VPH que cubre la vacuna, y no la intensidad o calidad de la vacuna. Cuantos más tipos, mayor es la cobertura, pero esto no significa que otras vacunas sean "ineficaces" o "obsoletas".

¿Qué tan significativas son las diferencias en la eficacia de protección?
Según ensayos clínicos y datos del mundo real, la capacidad de protección central de las tres vacunas —la tasa de protección contra los tipos 16 y 18 del VPH— no varía mucho entre las diferentes vacunas, alcanzando todas más del 90%.
La vacuna nonavalente se considera "más completa" porque cubre un 20% adicional de las fuentes de riesgo de cáncer de cuello uterino. En otras palabras, si una persona no ha estado infectada con ningún tipo de VPH y tiene la oportunidad de recibir la vacuna nonavalente, su rango teórico de protección es más amplio, y el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino disminuye aún más.
Sin embargo, en la vida real, la mayoría de las mujeres pueden haber estado infectadas con algunos tipos de virus después de ser sexualmente activas. Si se recibe la vacuna nonavalente después de haber estado infectada con ciertos tipos de alto riesgo, la eficacia de protección de esos cinco tipos adicionales dependerá de si la persona aún no ha estado expuesta a los virus correspondientes.
Además, la vacunación no puede eliminar los virus ya infectados, ni "tratar" las lesiones precoces del cáncer de cuello uterino o las verrugas. La vacuna es una herramienta de prevención, y su momento más efectivo es antes de la primera relación sexual, es decir, al ser vacunada en un estado de "cero exposición".
En resumen:
Las tres vacunas ofrecen una protección casi idéntica contra los tipos 16 y 18;
La vacuna nonavalente tiene un rango de protección más amplio, pero si su eficacia es "mejor" depende del historial de infecciones de la persona y del momento de la vacunación;
Para quienes ya han estado infectados con algunos tipos de VPH antes de la vacunación, la ventaja de la vacuna nonavalente variará de persona a persona.
Diferencias en la población objetivo de vacunación y estrategias de edad
Según las políticas de vacunación y los datos clínicos en la China continental, las edades de vacunación para las tres categorías de vacunas son las siguientes:
Vacuna bivalente: adecuada para mujeres de 9 a 45 años;
Vacuna tetravalente: adecuada para mujeres de 20 a 45 años;
Vacuna nonavalente: recomendada para mujeres de 16 a 26 años, en algunas regiones se amplía a 9-45 años, pero aún se prioriza a los grupos más jóvenes.
La razón por la que la vacuna nonavalente tiene un rango de edad de vacunación más estrecho en algunos países es porque los datos principales de los ensayos clínicos se centraron en adolescentes y mujeres jóvenes. Aunque técnicamente también produce una respuesta inmune en mujeres de 45 años, falta un gran volumen de datos que respalden su efectividad a largo plazo, por lo que se adopta una actitud cautelosa.
Las estrategias de vacunación se sugieren de la siguiente manera:
Adolescentes (9-15 años): Completar la vacunación antes de la actividad sexual es la etapa más ideal, ya que la respuesta a la vacuna es mejor;
Mujeres jóvenes (16-26 años): son el principal grupo objetivo de vacunación, se recomienda priorizar la nonavalente;
Mujeres casadas/con experiencia sexual: aún pueden vacunarse, pero deben ser conscientes de que la vacuna no puede eliminar los virus existentes;
Vacunación en hombres: en algunos países se ha promovido la vacunación contra el VPH en hombres para reducir la transmisión del virus y los cánceres relacionados con hombres (como el cáncer anal, cáncer de garganta, etc.).
Es importante señalar que, independientemente de la vacuna elegida, cuanto antes se vacune, mejor, y no se debe esperar a la nonavalente y perder la ventana de protección dorada.
El equilibrio real entre precio y accesibilidad
La vacuna nonavalente, debido a su complejidad técnica y alto número de tipos, tiene el precio más alto a nivel mundial. En la China continental, una dosis de la vacuna nonavalente cuesta alrededor de 1300 yuanes, y el costo total de tres dosis se acerca a los 4000 yuanes. En comparación, el precio total de tres dosis de la vacuna bivalente es de aproximadamente 1000 yuanes, mientras que la tetravalente oscila entre 2000 y 3000 yuanes.
Esta diferencia de precios también ha provocado la controversia del "sobreprecio de la nonavalente". Muchas personas, impulsadas por la psicología de "alto precio igual a alta eficacia", persiguen ciegamente la nonavalente, e incluso en regiones donde la vacunación aún no está disponible, se han formado mercados negros y caos en la obtención de vacunas.
Caso real:
En 2022, un padre en Beijing luchó por conseguir un cupo para la vacuna nonavalente para su hija de 13 años, y debido a un fallo en la reserva en línea, recurrió a un revendedor, pagando casi 6000 yuanes para "conseguirla". Posteriormente, tras la exposición mediática, se reveló que ese "canal" era información falsa, lo que provocó un retraso en la vacunación y la pérdida de la ventana de vacunación gratuita.
El problema central de este tipo de eventos no radica en la nonavalente en sí, sino en la desviación de la percepción pública hacia la "única vacuna nonavalente" contra el VPH. De hecho, el país ha comenzado a incluir gradualmente la vacuna bivalente contra el VPH en los programas de vacunación gratuita en algunas regiones, promoviendo una cobertura amplia que tiene más beneficios para la salud pública que unos pocos precios altos.
Desde una perspectiva de costo-efectividad, en lugar de esperar años y gastar mucho dinero para conseguir la nonavalente, es mejor completar a tiempo el programa de vacunación completo de cualquier vacuna. Una vez que se pierde la ventana dorada de vacunación, la eficacia de protección se verá significativamente reducida.
Volviendo a la esencia de la vacuna: la mejor vacuna es la que se puede recibir
La vacuna no es un artículo de lujo ni un objeto de ostentación, es una herramienta de salud pública que puede prevenir enfermedades graves. Las tres vacunas contra el VPH han demostrado tener una buena eficacia de protección en la práctica, y su objetivo esencial es el mismo: reducir la incidencia y la mortalidad del cáncer de cuello uterino y enfermedades relacionadas.
Desde la experiencia global, independientemente de qué vacuna se utilice, siempre que la cobertura sea alta, la incidencia de cáncer de cuello uterino disminuirá significativamente. Por ejemplo, en el Reino Unido, donde se utiliza principalmente la vacuna bivalente, la tasa de vacunación entre las mujeres jóvenes supera el 80%, y la tasa de incidencia de cáncer de cuello uterino en mujeres menores de 20 años ha disminuido casi un 90% en 10 años.
La vacunación contra el VPH no es un "juego de precios", sino una inversión en salud que compite contra el tiempo. Un conocimiento científico debe reemplazar la mitología de la marca y los mitos de precios. Lo que realmente importa no es qué tipo de vacuna se ha recibido, sino si se ha completado la vacunación a tiempo y en la dosis adecuada.