En 1992, el discurso de Deng Xiaoping durante su gira por el sur resonó como un trueno en toda la tierra de China. La frase "el desarrollo es la verdad dura" encendió la pasión emprendedora de cientos de millones de chinos que había estado dormida durante mucho tiempo. En pocos años, una ola de "salida al mar" que arrasó el país llegó con fuerza. Cien mil funcionarios públicos renunciaron, decenas de millones tomaron licencias sin sueldo, saliendo de los edificios gubernamentales hacia las calles y los rincones, y de las instituciones hacia el torrente del mercado. Entre ellos había profesores universitarios, funcionarios de empresas estatales, investigadores, y muchos ciudadanos comunes que no estaban dispuestos a ser ordinarios, que en esa época en la que tener "diez mil yuanes" era motivo de envidia, se lanzaron valientemente al desconocido mar de los negocios, enfrentándose a las tormentas.
Esa fue una época que muchos recuerdan como la "era dorada". Lenovo, Haier, Vanke, TCL, Wantong... Estos nombres que hoy son familiares nacieron en esos años llenos de aventuras y oportunidades. Liu Chuanzhi comenzó en la sala de comunicaciones del Instituto de Computación, Zhang Ruimin rompió 76 refrigeradores para forjar su fe en la calidad, Wang Shi fundó Vanke en Shekou, y Feng Lun, Pan Shiyi y otros formaron los "Seis Caballeros de Wantong" para especular en Hainan... Con valentía, sudor e incluso lágrimas, escribieron la epopeya inaugural de la economía privada china.
Hoy, cuando la "fiebre de los exámenes públicos" arrasa a la nueva generación, con el número de inscripciones para el examen nacional alcanzando cifras récord, y la competencia por los puestos más solicitados superando miles a uno, "llegar a la orilla" se ha convertido en el anhelo de innumerables jóvenes. No podemos evitar preguntarnos: ¿podrá el espíritu de la "ola de salida al mar", que se atrevió a innovar y a ser pionero, renacer en esta nueva era? ¿Ha desaparecido para siempre esa época que pertenecía a los aventureros, emprendedores y disruptores?
I. "Ola de salida al mar": la aventura y la gloria de una era
El término "salir al mar" se refería originalmente a los pescadores que salían a pescar, y luego se amplió para significar abandonar una carrera estable para sumergirse en el mundo de los negocios. En las décadas de 1980 y 1990, se convirtió en una tendencia social, un símbolo de la época. No se trataba simplemente de un cambio de carrera, sino de una profunda transformación social, un reflejo de la transición de la economía planificada a la economía de mercado.
1. Desregulación: de "trabajadores independientes" a la legalización de "empresas privadas"
La reforma y apertura comenzó en 1978, pero en sus inicios se centró principalmente en la reforma rural. Hasta 1980, cuando Zhang Huamei de Wenzhou recibió la primera licencia de negocio individual en China, la economía individual no obtuvo oficialmente un estatus legal. En 1987, se promulgó el "Reglamento provisional sobre la gestión de negocios individuales urbanos y rurales", y el número de trabajadores independientes creció rápidamente. En 1988, se emitió el "Reglamento provisional sobre empresas privadas de la República Popular China", y las empresas privadas finalmente se volvieron "legítimas". Después del discurso de la gira por el sur de 1992, se estableció el objetivo del sistema de economía de mercado, se desregularon las políticas y la ola de salida al mar alcanzó su punto máximo.
Esta serie de reformas políticas proporcionó una garantía institucional para "salir al mar". La gente ya no temía "cortar la cola del capitalismo", sino que podía perseguir abiertamente la riqueza y el éxito.
2. Oportunidades económicas: el vacío del mercado y los dividendos del "cerebro y el cuerpo invertidos"
En los inicios de la reforma y apertura, el mercado chino era casi un vacío. Había escasez de bienes, una demanda fuerte y una competencia insuficiente. Siempre que tuvieras valentía y conexiones, podías acumular riqueza rápidamente. Esta es la llamada era del "primer capital".
Lo que es aún más impactante es el fenómeno del "cerebro y el cuerpo invertidos": los ingresos de un trabajador independiente común podrían superar con creces los de un profesor universitario o un ingeniero senior. Esta enorme disparidad de ingresos impactó fuertemente la noción tradicional de "quien estudia bien, se convierte en funcionario", impulsando a muchos intelectuales y personas dentro del sistema a lanzarse al mar de los negocios.
3. Mentalidad social: la transición de "tazón de arroz de hierro" a "explorar el mundo"
En la era de la economía planificada, el "tazón de arroz de hierro" era el destino anhelado por todos. Sin embargo, la "ola de salida al mar" desmanteló esta visión de valores. La gente comenzó a venerar la aventura, la innovación, la eficiencia y la creación de riqueza. Los medios de comunicación informaron ampliamente sobre los "hogares de diez mil yuanes" y "empresarios", y la opinión pública pasó de criticar la "especulación" a alabar a los "pioneros de la reforma".
Este cambio de mentalidad es la fuerza motriz fundamental que permitió la continuidad de la "ola de salida al mar". No solo cambió el destino personal, sino que también reconfiguró la orientación de valores de toda la sociedad.
II. "Fiebre de los exámenes públicos": la elección del "refugio" en la nueva era
En marcado contraste con la "ola de salida al mar" está la creciente "fiebre de los exámenes públicos" en los últimos años. Según datos de la Administración Nacional de Función Pública, el número de inscripciones para el examen nacional alcanzó los 2.61 millones en 2024, con una relación de competencia promedio superior a 70:1, y algunos puestos populares alcanzando incluso 3572:1. Al mismo tiempo, el número de graduados universitarios ha ido en aumento, alcanzando los 11.79 millones en 2024, con una presión de empleo sin precedentes.
Detrás de la "fiebre de los exámenes públicos" hay un profundo cambio económico y social.
1. Desaceleración económica y aumento de la incertidumbre
Después de la crisis financiera global de 2008, el crecimiento económico de China se ha desacelerado gradualmente. En los últimos años, debido a múltiples factores como la pandemia, la situación internacional y el ajuste de la estructura industrial, las empresas han estado despidiendo, reduciendo salarios y cerrando. Sectores como internet, educación y bienes raíces han experimentado fuertes turbulencias, y términos como "crisis de los 35 años", "involución" y "acostarse" se han convertido en el lenguaje cotidiano de los jóvenes.
En este contexto, la "estabilidad contracíclica" de los funcionarios públicos se vuelve especialmente valiosa. Sin importar cómo fluctúe la economía, los salarios, la seguridad social y las pensiones de los funcionarios públicos no se ven prácticamente afectados. Esta característica de "ingresos garantizados" los convierte en la opción preferida para quienes evitan riesgos.
2. Beneficios institucionales y garantías implícitas
Los funcionarios públicos no solo tienen ingresos estables, sino que también disfrutan de un sistema de beneficios completo que incluye atención médica, vivienda, educación de los hijos y pensiones. Especialmente en algunas regiones con buena situación fiscal, los beneficios reales de los funcionarios públicos son mucho más altos que los de los empleados de empresas comunes. Según investigaciones relacionadas, el salario promedio de los funcionarios públicos es un 76.6% más alto que el de las empresas privadas, y la tasa de reemplazo de pensiones alcanza entre el 80% y el 90%, superando con creces a los trabajadores de las empresas.
Además, el estatus social, las conexiones y el espacio de desarrollo dentro del sistema también son "poderes blandos" muy atractivos.
3. El regreso de la concepción social y el surgimiento de la narrativa de "llegar a la orilla"
La concepción tradicional de "quien estudia bien, se convierte en funcionario" ha resurgido en la nueva era. Pasar el examen público se considera "llegar a la orilla": salir del "mar de sufrimiento" lleno de competencia feroz e incertidumbre, y entrar en una vida segura y digna dentro del sistema. En las redes sociales, las "experiencias de llegar a la orilla" y "estrategias de preparación" se han convertido en contenidos populares, y las instituciones de capacitación para exámenes públicos han brotado como setas después de la lluvia.
Esta narrativa de "llegar a la orilla" es esencialmente una estrategia de evasión de riesgos, que refleja la ansiedad y la inquietud de los jóvenes sobre el futuro.
III. ¿Ruptura espiritual? La transición de "explorar el mar" a "llegar a la orilla"
La "ola de salida al mar" y la "fiebre de los exámenes públicos" parecen ser dos opciones profesionales, pero en realidad son dos manifestaciones de estados espirituales diferentes.
- Salir al mar es un ataque proactivo, es crear valor, es asumir riesgos a cambio de altos retornos;
- El examen público es una defensa pasiva, es buscar garantías, es sacrificar parte de la libertad a cambio de estabilidad.
Este cambio refleja la lógica profunda de la sociedad china al pasar de la "era de incremento" a la "era de stock".
En la década de 1990, la economía china estaba en un período de rápido crecimiento, con un enorme espacio de mercado y oportunidades por doquier. La elección de entonces era "¿debería salir al mar?", y la cuestión central era "¿cómo aprovechar las oportunidades?". Hoy, con el crecimiento económico desacelerándose, las industrias saturándose y la competencia volviéndose extremadamente feroz, la elección que enfrentan los jóvenes es "¿cómo evitar riesgos?", y la cuestión central es "¿cómo sobrevivir?".
Desde esta perspectiva, la "fiebre de los exámenes públicos" no es una falta de ambición por parte de los jóvenes, sino una elección racional bajo la presión de la realidad. Cuando el costo de fracasar en un emprendimiento es extremadamente alto (como deudas, daño al crédito, discriminación social), y la estabilidad de trabajar dentro del sistema es muy alta, buscar beneficios y evitar daños es un instinto humano.
¿Pero esto significa que el espíritu de la "ola de salida al mar" ha desaparecido por completo?
IV. El eco contemporáneo del espíritu de salir al mar: nuevas pistas y nuevas posibilidades
A pesar de la prevalencia de la "fiebre de los exámenes públicos", el espíritu de la "ola de salida al mar" no se ha extinguido por completo. Está resurgiendo en nuevas formas y en nuevos campos.
1. Emprendimiento tecnológico: de "revendedores" a "tecnología dura"
Los emprendedores de hoy ya no son los comerciantes de "compra y venta" de antaño, sino que se centran en campos de "tecnología dura" como inteligencia artificial, energías renovables, biomedicina y chips. Entre ellos hay muchos doctores graduados de Tsinghua, Peking y Stanford, que se lanzan a la innovación con tecnología, capital y una visión global.
Por ejemplo, Wang Tao de DJI, Zeng Yuqun de CATL y Xu Li de SenseTime son todos "salidores al mar" de la nueva era. Ya no dependen de la explotación de políticas o de vacíos de mercado, sino que ganan el mercado a través de la innovación tecnológica y la competencia global.
2. Economía digital: el auge de la economía de plataformas y el trabajo independiente
Las plataformas de internet han dado lugar a una gran cantidad de nuevas profesiones: streamers, creadores de contenido, desarrolladores independientes, redactores freelance, propietarios de tiendas de comercio electrónico... No están empleados por unidades fijas, sino que dependen de sus habilidades personales para ganarse la vida en el mundo digital. Este fenómeno de "nómadas digitales" y "jóvenes multifacéticos" es, en cierta medida, una continuación del "espíritu de salida al mar": la búsqueda de un trabajo autónomo, flexible y sin restricciones.
A pesar de que la economía de plataformas también enfrenta "involución" y la "crisis de los 35 años", ha proporcionado oportunidades de emprendimiento y empleo sin precedentes para las personas comunes.
3. Apoyo político: la transición de "dejar hacer" a "guiar"
A diferencia de la década de 1990, cuando se "cruzaba el río tocando las piedras", hoy el gobierno guía más activamente la innovación y el emprendimiento. Desde "emprendimiento masivo e innovación masiva" hasta el apoyo a empresas "especializadas y nuevas", desde el establecimiento de la Junta de Innovación Científica hasta la construcción de bases de incubación de empresas, el entorno político es más amigable para los emprendedores.
Además, el entorno empresarial sigue mejorando, con procedimientos más convenientes para el registro de empresas, financiamiento, impuestos, etc., lo que reduce las barreras para el emprendimiento.
V. Desafíos y reflexiones: las dificultades de "salir al mar" en la nueva era
A pesar de las nuevas oportunidades, hoy "salir al mar" es mucho más difícil que en la década de 1990.
1. Saturación del mercado y competencia feroz
La mayoría de las industrias han entrado en una fase de madurez, con un efecto de cabeza muy evidente. Los nuevos entrantes tienen dificultades para sacudir el patrón existente. Emprender ya no es "extraer oro en mares azules", sino "luchar en mares rojos".
2. Altos costos y dificultades de financiamiento
Los costos de mano de obra, alquiler y materias primas siguen aumentando, lo que genera una enorme presión sobre la supervivencia de las pequeñas y medianas empresas. A pesar del apoyo de capital de riesgo, la mayoría de las startups tienen dificultades para obtener financiamiento o agotan sus recursos en un modelo de "quemar dinero".
3. Sistema de apoyo social débil
El costo social de fracasar en un emprendimiento sigue siendo muy alto. La falta de un sistema completo de protección de quiebras, restauración de crédito y apoyo a la reempleabilidad hace que muchas personas "no se atrevan a salir al mar".
4. Desajuste de talentos y absorción del sistema
Una gran cantidad de talentos altamente educados están ingresando al sistema de funcionarios públicos, lo que provoca la pérdida de talentos en el campo de la innovación. La gran disparidad en ingresos y beneficios entre el sistema y el exterior ha creado un "efecto de absorción del sistema", lo que inhibe la vitalidad del mercado.
VI. Conclusión: el espíritu no muere, solo espera la brisa primaveral
El espíritu de la "ola de salida al mar" es, en esencia, un espíritu de aventura, innovación y lucha. No se trata de si uno renuncia para emprender, sino de si se atreve a salir de su zona de confort, si está dispuesto a asumir riesgos por sus sueños, y si cree que puede cambiar su destino a través del esfuerzo.
Este espíritu nunca ha desaparecido realmente. Solo ha cambiado su forma de expresión con el paso del tiempo. Desde la especulación inmobiliaria en Hainan en 1992, hasta el emprendimiento en grandes modelos de IA hoy; desde los trabajadores independientes en los mercados, hasta el comercio electrónico transfronterizo; desde los "hogares de diez mil yuanes" hasta los "unicornios", lo que ha cambiado es la pista, pero lo que no ha cambiado es esa valentía de no conformarse con la mediocridad.
La actual prevalencia de la "fiebre de los exámenes públicos" puede ser una reacción a la búsqueda excesiva de estabilidad. Cuando cada vez más jóvenes sienten la asfixia de la "involución" y "acostarse" dentro del sistema, y cuando la sociedad clama por más innovación y vitalidad, tal vez una nueva "ola de salida al mar" esté en gestación.
La verdadera era dorada nunca se basa en la estabilidad, sino en la exploración. Mientras el entorno institucional siga mejorando, mientras la sociedad respete el esfuerzo y la innovación, y mientras los jóvenes sigan teniendo sueños en sus corazones, el espíritu de la "ola de salida al mar" volverá a renacer.
Porque China nunca ha carecido de personas dispuestas a aventurarse y probar. Lo que falta, quizás, es solo una brisa primaveral.