¿Por qué el clima cálido aumenta el riesgo de infarto cerebral?
El clima caluroso es un "catalizador" para el infarto cerebral. Los estudios médicos muestran que las altas temperaturas pueden provocar una gran sudoración, concentración de la sangre, fluctuaciones en la presión arterial e incluso inducir deshidratación y desequilibrio electrolítico, y estos cambios son precisamente las condiciones clave para la formación de un infarto cerebral.
En un ambiente caluroso, el cuerpo humano suda en gran medida para disipar el calor, y en este proceso se pierden no solo líquidos, sino también electrolitos importantes como sodio y potasio. La viscosidad de la sangre aumenta, el flujo sanguíneo se ralentiza y la actividad plaquetaria se intensifica, lo que facilita la formación de coágulos en los vasos sanguíneos. Una vez que estos coágulos bloquean las arterias del cerebro, pueden provocar un infarto cerebral.
El profesor Li, director del departamento de neurología del Hospital Xuanwu de Beijing, señala: "Los infartos cerebrales en verano no son menos frecuentes que en invierno, e incluso los ancianos tienden a ser más descuidados en verano, no prestando atención a la hidratación, lo que resulta aún más peligroso."
Además, las altas temperaturas nocturnas pueden interferir con el sueño, provocando excitación del sistema nervioso simpático y un aumento en las fluctuaciones de la presión arterial. Estos factores combinados hacen que las personas con vasos sanguíneos ya débiles y arteriosclerosis sean más propensas a sufrir un golpe mortal en verano.
No desayunar: una trampa oculta en la mañana
El éxito de un día se basa en la mañana, sin embargo, muchos trabajadores y ancianos eligen omitir el desayuno debido al calor o la falta de apetito. Aunque parece que se ahorra tiempo, en realidad es el primer "detonante" del riesgo de infarto cerebral.
En estado de ayuno, el nivel de azúcar en la sangre del cuerpo es bajo, lo que provoca excitación del sistema nervioso simpático y un aumento en la frecuencia cardíaca, al mismo tiempo que promueve la concentración de la sangre y el aumento de la presión arterial. Especialmente por la mañana, que ya es un período de alta incidencia de eventos cardiovasculares, la falta de un desayuno puede ser "la última gota que colma el vaso" para inducir un infarto cerebral.
El señor Chen, un maestro retirado de 65 años de Jiaxing, Zhejiang, siempre ha valorado la salud, pero a menudo se salta el desayuno por miedo al calor. Un día, después de hacer ejercicio por la mañana, sintió de repente que la comisura de su boca se torcía y su habla se volvía confusa, siendo urgentemente llevado al médico y diagnosticado con un infarto cerebral agudo. Los médicos determinaron que su enfermedad estaba estrechamente relacionada con la combinación de "ayuno matutino, temperatura alta y estado de deshidratación".
Recomendación: incluso si no se tiene apetito, se debe consumir algo de nutrición, como un vaso de leche de soja tibia con pan integral o un huevo, para prevenir la hipoglucemia y la concentración de la sangre. Especialmente los ancianos y los pacientes con enfermedades crónicas no deben ignorar el desayuno.

Siesta de verano: dormir en el sofá puede ser muy peligroso
En los calurosos días de verano, muchas personas disfrutan de "ponerse al día" con el sueño por la tarde, pero una forma inadecuada de siesta puede convertirse en una "trampa invisible" que induce un infarto cerebral.
Clínicamente, no son raros los casos de infarto cerebral que ocurren después de una siesta, y sus causas principales son: una posición inadecuada durante la siesta que provoca un flujo sanguíneo deficiente; el aire acondicionado soplando directamente en el cuello y cabeza causando una contracción repentina de los vasos sanguíneos; levantarse de repente al despertar provocando fluctuaciones bruscas en la presión arterial, entre otros factores.
La señora Xu, una funcionaria jubilada de 63 años de Fuzhou, Fujian, tiene la costumbre de dormir de lado en el sofá. Un día por la tarde, al despertar, sintió de repente debilidad en la mano derecha y su habla se volvió confusa. Su familia la llevó al médico para recibir atención de emergencia, donde fue diagnosticada con un infarto cerebral leve. Los médicos indicaron que la presión sobre la arteria carótida al dormir de lado, junto con el aire acondicionado soplando directamente, fue uno de los factores desencadenantes.
La siesta correcta debe elegirse en posición supina, evitando que la cabeza se desplace excesivamente o esté presionada; la temperatura del aire acondicionado debe controlarse entre 26 y 28 °C, y no debe soplar directamente en el cuello y cabeza. Al despertar, levantarse lentamente para evitar cambios bruscos en la presión arterial que puedan causar accidentes.
No hidratarse activamente: la concentración de la sangre provoca "asesinos silenciosos"
La frase "cuando hace calor, hay que beber más agua" es conocida por todos, pero no todos realmente lo hacen. Especialmente algunos ancianos, cuya sensación de sed ya es débil, no beben si no tienen sed, y al final del día pueden haber consumido menos de 500 ml de agua, lo que en realidad los coloca en un estado de deshidratación leve.
Médicamente, el infarto cerebral causado por la falta de agua se denomina "infarto cerebral por deshidratación". Estos pacientes a menudo no tienen un desencadenante obvio y suelen enfermarse en condiciones de alta temperatura, fatiga corporal y falta de hidratación oportuna, y debido a que los síntomas no son típicos, es fácil retrasar el diagnóstico y tratamiento.
El señor Gao, un paciente de hipertensión de 72 años de Shijiazhuang, durante un viaje por la ciudad, por miedo a ir al baño, casi no bebió agua durante todo el día. Al llegar a casa, comenzó a experimentar visión borrosa y debilidad en un lado del cuerpo, siendo diagnosticado con un infarto cerebral moderado.
Los médicos señalan que, especialmente en climas cálidos, la pérdida básica de agua del cuerpo puede alcanzar de 1500 a 2000 ml al día, y si no hay suficiente agua para reponer, la sangre se concentrará anormalmente, aumentando así el riesgo de formación de coágulos.
Recomendación: no espere a tener sed para beber agua, debe beber agua activamente, especialmente al despertar por la mañana, después de hacer ejercicio, antes de las comidas y por la tarde. Se recomienda beber pequeñas cantidades varias veces, de 150 a 200 ml cada vez, para evitar la carga que un gran consumo de agua puede causar al corazón y los riñones.
¿Por qué los médicos dicen "es mejor jugar al mahjong que hacer estas tres cosas"?
Esta frase, que parece un humorístico símil, en realidad lleva consigo una rica experiencia clínica y observación. Aunque jugar al mahjong también presenta problemas de estar sentado por mucho tiempo, en comparación con "ayuno, siesta inadecuada y falta de hidratación", jugar al mahjong tiene al menos algunas ventajas:
Generalmente se juega en un ambiente ventilado y con aire acondicionado;
Acompañado de comunicación y pensamiento, hay cierta actividad mental;
La mayoría de las personas beben té o agua mientras juegan al mahjong, manteniendo inesperadamente la ingesta de líquidos.
El doctor Xie, director del departamento de cardiología de un hospital de nivel tres en Guangdong, dice: "No estamos animando a todos a obsesionarse con el mahjong, sino que queremos enfatizar que si se eligen adecuadamente las conductas de vida en climas cálidos, se pueden evitar completamente los riesgos. Y la combinación de actividades sociales y tranquilas como jugar al mahjong puede ser beneficiosa para los ancianos."
Por supuesto, el tiempo de juego no debe ser demasiado largo para evitar desvelarse; la postura debe ser cómoda, el ambiente debe ser tranquilo y con temperatura constante; y lo más importante es levantarse y moverse de vez en cuando para prevenir la formación de coágulos venosos.
¿Quiénes son los grupos de alto riesgo para infartos cerebrales en verano?
No todas las personas enfrentan el mismo riesgo. Los siguientes grupos deben estar especialmente alerta ante la posibilidad de infartos cerebrales durante la temporada de calor:
Pacientes con hipertensión, diabetes y colesterol alto: estas enfermedades crónicas son la base para los infartos cerebrales;
Rehabilitadores con antecedentes de infarto cerebral: una vez que se activan nuevamente los factores desencadenantes, la probabilidad de recaída es muy alta;
Personas con hábitos de vida poco saludables como fumar, beber en exceso y desvelarse: la condición de los vasos sanguíneos es inestable, lo que puede provocar eventos repentinos;
Población anciana: la elasticidad de los vasos sanguíneos disminuye, la capacidad de autorregulación se reduce, y el riesgo se duplica;
Pacientes que toman diuréticos o medicamentos antihipertensivos a largo plazo: deben prestar más atención a la hidratación y al monitoreo de la presión arterial.
Estos grupos deben realizar controles regulares de presión arterial, glucosa en sangre y lípidos en verano, al mismo tiempo que ajustan sus hábitos de sueño y alimentación. Las familias deben tener medicamentos de emergencia a mano, como aspirina y nitroglicerina, y asegurarse de que las comunicaciones sean fluidas y que las vías de atención médica estén claras.